Sabores del mar y tradición: La Cofradía Orden la Cigala presenta en Vigo el Capitulo XXXI

La ciudad de Vigo fue testigo de la presentación oficial , cargada de sabor, tradición y espíritu confraternal con la presentación oficial del capítulo XXXI , de la Cofradía de la Cigala, una iniciativa que rinde culto a uno de los mariscos más preciados de Galicia. Desde la mirada de un venezolano en la diáspora, este tipo de eventos no solo celebran la riqueza gastronómica local, sino también el valor de las tradiciones que cruzan fronteras y unen culturas alrededor de una buena mesa.

El acto se llevó a cabo en el corazón marinero de la ciudad, con una asistencia que combinó miembros del mundo gastronómico gallego, cofrades de distintas regiones y curiosos atraídos por el encanto de la cigala. Pero el verdadero protagonista de la jornada fue Enrique Rodriguez Cóvelo , presidente de la Cofradía, quien no solo lideró la ceremonia de presentación, sino que también conmemoró 31 años dedicados con pasión al arte de la cocina y la cultura del mar.

Como un gesto especial, Enrique preparó en exclusiva una degustación de cigalas elaboradas con su toque único: una receta que mezcla técnicas tradicionales gallegas con una sensibilidad contemporánea que sorprendió gratamente a los asistentes. Las cigalas, cocinadas en su punto perfecto y servidas con una emulsión con finas hierbas atlánticas, dejaron claro por qué esta Cofradía ha apostado por Vigo como punto estratégico para expandir su mensaje.

«Es un orgullo compartir esta pasión con todos ustedes, y especialmente hacerlo en esta tierra donde el mar es vida», expresó Enrique durante su intervención, visiblemente emocionado por la doble celebración.

La Cofradía de la Cigala, nacida con el propósito de promover y preservar la cultura ligada a este crustáceo, busca también impulsar actividades turísticas, gastronómicas y educativas en torno a los productos del mar. En un mundo donde la comida cada vez más se desconecta de sus orígenes, este tipo de movimientos ofrecen un espacio para reencontrarse con los sabores genuinos y el conocimiento ancestral.

En la presentación del capítulo de La Cigala, no faltó uno de los grandes protagonistas de las Rías Baixas: el vino Albariño, y no cualquiera. Fue Santiago Roma quien puso el broche de oro a la velada con uno de los vinos más exclusivos de la denominación. Su Albariño, elaborado con esmero y carácter propio, refleja la esencia del terruño gallego, y su presencia en el capítulo aportó ese toque de autenticidad y elegancia que solo un vino de esta categoría puede ofrecer.

Santiago Roma no solo representa la tradición vitivinícola de las Rías Baixas, sino también la excelencia enológica. Su vino, de marcada personalidad, frescura y equilibrio, maridó a la perfección con el ambiente del programa, acompañando los sabores, las historias y, por supuesto, la música de La Cigala.

Desde Venezuela, donde la nostalgia por los productos del mar europeo es compartida por muchos emigrantes, ver cómo las tradiciones gallegas florecen con tanta fuerza en actos como este nos recuerda que la cultura –como el buen sabor– no entiende de distancias.

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