En un contexto de crisis económica y migración masiva, el pasaporte venezolano se ha convertido en el más costoso del mundo, generando críticas y dificultando el acceso de los ciudadanos a documentos de identificación esenciales para viajar o regularizar su estatus en el extranjero.
Un precio inaccesible para muchos
El costo del pasaporte venezolano supera ampliamente el de otros países. Según informes recientes, obtener un pasaporte en Venezuela puede costar hasta 400 dólares por una emisión regular, mientras que en otros países de la región, como Colombia o Argentina, el costo oscila entre 40 y 100 dólares. Esta tarifa representa un desafío para los ciudadanos, especialmente en un país donde el salario mínimo hoy los trabajadores venezolanos apenas cobran por concepto de salario mínimo 130 bolívares, lo cual es equivalente a apenas unos 2,00 dólares.es uno de los más bajos de América Latina.
Corrupción y dificultades en la emisión
Además del alto costo, el proceso para obtener el pasaporte en Venezuela está marcado por denuncias de corrupción y trabas burocráticas. Muchos ciudadanos reportan que los tiempos de espera pueden extenderse por meses, e incluso años, a menos que se pague una «gestión acelerada» a través de intermediarios no oficiales, que duplica el precio de este vital documento de identificación.

Consecuencias para la diáspora
La diáspora venezolana, que se estima en más de OCHO MILLONES de personas, enfrenta grandes dificultades debido a la inaccesibilidad del pasaporte. Muchos migrantes se ven obligados a permanecer en situación irregular en sus países de acogida por la imposibilidad de renovar sus documentos, lo que limita su acceso a empleos formales y servicios básicos.

Comparaciones a nivel global
A nivel internacional, el pasaporte venezolano es uno de los más costosos en comparación con el poder adquisitivo de su población. Mientras que en países desarrollados como Estados Unidos o el Reino Unido el costo de un pasaporte puede rondar los 130 dólares, el ingreso promedio en esas naciones permite un acceso más equitativo al documento. En contraste, para un venezolano común, el costo del pasaporte puede representar varios meses de salario.
Llamados a la reforma
Organizaciones de derechos humanos y líderes políticos han instado al gobierno venezolano a reducir las tarifas y garantizar un proceso de emisión transparente y eficiente. Sin embargo, hasta el momento, las políticas implementadas han mantenido los altos costos y las restricciones, lo que ha generado mayor frustración entre los ciudadanos.
La obtención de un pasaporte, un derecho fundamental para la movilidad internacional, sigue siendo un desafío para los venezolanos, reforzando las barreras impuestas por la crisis económica y la burocracia estatal.
